sábado, 11 de abril de 2015

Las aguas subterráneas: acuíferos, nivel freático, manantial.

El agua subterránea representa una fracción importante de la masa de agua presente en los continentes, y se aloja en los acuíferos bajo la superficie de la Tierra. El volumen del agua subterránea es mucho más importante que la masa de agua retenida en lagos o circulante, y aunque menor al de los mayores glaciares.
El agua del subsuelo es un recurso importante y de este se abastece a una tercera parte de la población mundial,1 pero de difícil gestión, por su sensibilidad a la contaminación y a la sobreexplotación. El agua subterránea es parte de la precipitación que se filtra a través del suelo hasta llegar al material rocoso que está saturado de agua. El agua subterránea se mueve lentamente hacia los niveles bajos, generalmente en ángulos inclinados (debido a la gravedad) y eventualmente llegan a los arroyos, los lagos y los océanos.

Los acuíferos que descargan a los océanos, al ser sobreexplotados, -esto es retirrar más agua que la que recibe- disminuye la presión del acuífero permitiendo que el agua salada del mar entre por los poros haciendola inutilizable para consumo humano.

Otro problema en torno a los acuíferos es la dificultad que presentan una vez han sido contaminados ya que su ubicación los hace realmente dificil de recuparar, teniendo una recuparación natural lenta.

Los acuíferos ya hemos dicho que son estructuras bajo tierra que alberga agua, estos en función de diferentes características pueden ser: 


  • Desde el punto de vista de su estructura, ya se ha visto que se pueden distinguir los acuíferos libres y los acuíferos confinados.



  • Desde el punto de vista textural, se dividen también en dos grandes grupos: los porosos y fisurales. En los acuíferos porosos el agua subterránea se encuentra como embebida en una esponja, dentro de unos poros intercomunicados entre sí, cuya textura motiva que existe "permeabilidad".


En los acuíferos fisurales, el agua se encuentra ubicada sobre fisuras o diaclasas, también intercomunicadas entre sí; pero a diferencia de los acuíferos porosos, su distribución hace que los flujos internos de agua se comporten de una manera heterogénea.

El nivel freático coincide con la parte superior de un acuífero y es desde la superficie de la superficie la altura que hay entre ella y el agua del propio acuífero. Si (como ocurre en muchos casos) el nivel freático se encuentra con la superficie terrestre el agua al superar la presión atmosférica emerge del suelo denominado manantial. 

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